domingo, octubre 30, 2005

Jornada 11. Atlético 3 - Cádiz 0

SÍNTOMAS DE GRANDEZA
Colaborador Xelas

Se presentaba el Atlético contra uno de los rivales teóricamente inferiores de la primera división, el Cádiz de Víctor Espárrago. No obstante, éste venía de tres victorias consecutivas, contra Espanyol, Albacete y Athletic, tres rivales en horas bajas, que sin embargo dejaban entrever su buen estado de forma. El Atlético se presentaba con dos victorias consecutivas fuera de casa, algo sorprendente, sí, pero la imagen del equipo, especialmente en Las Palmas, dejó mucho que desear. Por tanto, los atléticos presentes esperaban un choque igualado, en el que el Atlético dominaría, sí, pero en el que se iba a sufrir y, posiblemente, acabar pidiendo la hora.

Los primeros minutos corroboraron esta teoría. El Cádiz comenzó replegado, esperando la habitual inoperancia colchonera en ataques estáticos, y el Atlético manejó el balón a su antojo, pero sin crear ocasiones. Los amarillos eran un equipo bien plantado en el campo, y sus últimas victorias les habían dado un extra de motivación, ya que se mostraban combativos y agresivos, y parecían buscar la victoria. Sin embargo, de repente, surgió el primer chispazo atlético: pase al hueco de Torres a Kezman que rompe toda la defensa, y ante la salida de Armando, Kezman dispara fuera. Era el primer destello del partido, un destello que nadie se esperaba, ni la defensa del Cádiz ni la grada. La mayor calidad de la plantilla colchonera este año se traduce en jugadas más imprevisibles.

Al partido le siguieron varias galopadas de Petrov, que pusieron en aprietos a la zaga gaditana, aunque sin el premio deseado por la falta de eficiencia del búlgaro ante la meta rival. El Cádiz se resarció de este dominio con una mayor presión sobre el eje central del Atlético, aumentando el número de pérdidas rojiblancas. Ello provocó que el Cádiz tuviera un par de tímidas ocasiones, poniendo de manifiesto sus defectos y virtudes, gran lucha y orden, e innegable falta de calidad. Fue cuando el Atlético peor lo pasó. Y fue cuando el Atlético marcó. Como los equipos grandes. Gran jugada entre Petrov y Antonio López, que gana la línea de fondo y pone el balón en bandeja para que Maxi corrobore lo que es, un centrocampista con olfato de gol. El Cádiz intentó responder, pero, nuevamente, sus problemas en el último cuarto de cancha limitaron sus ocasiones, y Leo Franco no pasó por grandes apuros.

En la reanudación, más de lo mismo. El Cádiz lo intentaba, pero las ocasiones más claras eran rojiblancas, generalmente creadas por la banda izquierda, con un acertado Antonio López, y un desbordante Petrov. La hinchada se ilusionaba con cada penetración del búlgaro. Éste es, sin duda, uno de los futbolistas que necesitaba el Atlético. Con él, el Atlético deja de ser el equipo previsible de los últimos años por una máxima del fútbol, la velocidad. Todo equipo necesita de velocidad para sorprender a los rivales, ya sea por medio de pases u hombres rápidos, y con Petrov la mejoría en este sentido es notable. El público le ovacionó sonoramente, y, por una vez, dejó de lado los fallos arbitrales para rendirse con las jugadas atléticas.

El partido se finiquitó en el minuto 65 con el gol de Pablo al rematar un córner, aspecto en el que los rojiblancos aún deben obtener mejores números. El Cádiz supo que era imposible remontar, y lo intentó, pero sin convencimiento. El Atlético se supo ganador, y Bianchi introdujo los tres cambios para dar refresco y oportunidades. A partir de entonces, el partido decreció en intensidad, y Galletti aprovechó para estrenarse como goleador, si bien, con cierta fortuna.

El partido terminó y el Atlético sumó su segunda victoria en casa. No obstante, en este caso, lo importante no son los puntos, sino las sensaciones. El Atlético no jugó brillantemente, pero dejó algo más importante: síntomas de grandeza. Los goles llegaron cuando tenían que llegar, la defensa apretó cuando tuvo que apretar, y el centro del campo corrió cuando tuvo que correr. Se ganó a un correoso rival sin sufrir, sin ayudas arbitrales, y sobre todo, con la sensación de tener siempre el partido controlado. Se ganó como ganan los grandes a los pequeños. Se ganó a un recién ascendido sí, pero este Atleti promete...de momento.

Leo Franco(1). Se mostró inseguro ante el poco trabajo que tuvo.
Velasco(1). Correcto en defensa, pero apenas apareció en ataque. Debe subir más la banda con dos medio centros defensivos.
Perea(3). Sin fisuras, estuvo en todas partes.
Pablo(3). Hizo cortes de mérito y además contribuyó como goleador.
Antonio López(3). Creó mucho peligro cada vez que se animó a subir la banda.
Luccin(1). Un tanto desaparecido.
Zahínos(2). Mejor de lo habitual, dio solidez al equipo, aunque en tareas
ofensivas realentiza excesivamente el juego.
Petrov(3). Un peligro constante con su velocidad y ambición. Le falla su
obsesión con el gol.
Maxi(3). Además de volver a marcar, se ofreció y se atrevió con regates y tiros.
Kezman(2). Se movió aceptablemente y dio pases correctos, aunque le faltó el gol.
Torres(1). Un buen pase fue su bagaje. Los pitos en su cambio iban para él y no para Bianchi.
Ibagaza(2). Participativo, dio ciertas muestras de su intermitente calidad.
Gabi(1). Tiene que aparecer mucho más en la elaboración del juego.
Galletti(2). Marcó el tercer gol.

Así lo vio "Mundo Atleti": http://www.elmundodeportivo.es/20051028/NOTICIA205132605.html



Comentarios:
Me gusta eso de "Se ganó como ganan los grandes a los pequeños" Es la sensación que me vino ligeramente cuando ganamos al Málaga o Racing.
 
Buena crónica de vuestro colaborador especial. Se ve que ha tenido grandes maestros en los autores de esta página
 
A ver cuando se cuelgan las crónicas del Atleti-Villarreal y del Cartagena-Alcalá de Guadaira.
 
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