domingo, diciembre 04, 2005

Jornada 14. Athletic 1-1 Atlético




LLORANDO POR LOS RINCONES
Madrid/Telemadrid-Editor Bufón


El "Pupas", el equipo más gafe que vagó jamás por los campos de España, dio esta noche otro insólito recital de fatalidad. Se presentó en San Mamés sin Pablo, Torres y Luccin sancionados, ausencias a las que añadir las lesiones de Velasco y Antonio López. Y una baja que en otro equipo no se hubiese advertido, la del meta suplente Iván Cuéllar, también tomó sentido con la sustitución de Leo Franco a la media hora de juego. Con el partido de cara, olvidó que aquél que es "Clemente" lo paga y se confió a la suerte jugando un partido horroroso. A pesar de todas las penurias, un Athletic moribundo se vio incapaz de batir la portería atlética hasta que en el minuto 95 y medio se conjuraron todos los fantasmas de la historia colchonera para firmar un empate decepcionante.

El encuentro arrancó sin un dominador claro hasta que Zahínos lanzó un balón largo buscando el desmarque de Kezman. La defensa equivocó la marca y el serbio controló bien el balón y remató con la puntera ante la salida de Aranzubía. Con el gol en contra, el Athletic se fue arriba y arrinconó a los pupilos de Bianchi en un calco del partido contra el Español. La defensa de cristal proyectada por el argentino se vio incapaz de frenar las acometidas bilbaínas que, basadas en un juego directo y primitivo, llevaban el peligro a la portería de Leo Franco con insultante facilidad. El argentino, con un tirón en el muslo, fue sustituido en el minuto 38 por el canterano Falcón. Con el paso de los minutos y tras una gran oportunidad de Urzáiz, el dominio local se relajó y el Atlético comenzó a manejar el balón en el medio campo. En la mejor jugada colectiva del partido, Ibagaza y Maxi fabricaron una ocasión clarísima que Kezman malogró inexplicablemente en la boca de gol. Con el juego ya más controlado, los madrileños se fueron a los vestuarios con la tranquilidad del 0-1 en el marcador.

La segunda parte se vivió con menos agobios aunque el Atlético renunció a la posesión del esférico y se encerró demasiado atrás para jugar con el azar. Por fortuna, el equipo de Clemente se encontró sin ideas y el bajón físico de Iraola mermó las subidas por la banda derecha, dando un respiro a Molinero. Tiko y Guerrero sustituyeron al tercer central, Murillo, y al desafortunado Urzáiz. El navarro, justo antes de abandonar el césped, volvió a marrar un balón suelto en el área al rematar contra el cuerpo de Falcón. El juego se fue embarullando; los cambios, lesiones y protestas fueron deteniendo el partido cada vez con más frecuencia. Sin brillantez, pero los tres puntos parecían volar a Madrid para romper la sequía de cuatro jornadas sin triunfo.

Pero cualquier conjunto vence de tarde en tarde en estos partidos sin historia de forma ruin y miserable. "Lo bonito del fútbol" según Agustín, que triunfe la injusticia, sonríe a todos los equipos menos al Atlético de Madrid. El descuento se anunció suplicio cuando se mostraron cinco minutos como tiempo añadido. Conseguimos alejar durante los primeros minutos el balón del área, hasta que Perea regaló un córner en el 93. Aranzubía, incorporado al ataque, remató sin fuerza y desviado cuando un petardo infame lanzado por algún batasuno hijo de puta casi dinamita el oído de Falcón. El árbitro pudo dar por finalizado el encuentro ante el peligro para la integridad física de los atléticos, incluso pudo haber dejado que nuestros jugadores se abalanzaran sobre las gradas para alcanzar al maldito etarra y ajusticiarle como merece la gentuza de su ralea.

Pero no, el trencilla dejó que el reloj corriese por encima del minuto 95. El enésimo pelotazo rupestre encontró otro orificio en el centro de la zaga y el balón quedó muerto en la banda derecha del ataque local. Yeste lo recogió, caracoleó, recortó hacia adentro y puso el centro. Orbáiz emergió solitario en el punto de penalty, saltó sobre todos los defensores y cabeceó junto al palo. Falcón se estiró hacia un balón imposible, llegó con la punta de los dedos y desvió el esférico. Pero no fue suficiente, la pelota tocó en el palo y se alojó en el fondo de las mallas.
Volando hasta la buhardilla, llorando por los rincones, bajando a la alcantarilla... .
Leo Franco (s.c.): con poco trabajo antes de su lesión, rechazó un remate a bocajarro de Urzáiz.
Valera (2): enorme trabajo defensivo en el corte, a ras de suelo y de cabeza, que le impidió prodigarse en ataque.
García Calvo (1): tuvo problemas con Urzáiz y sufrió hasta la última jugada en todos los balones aéreos.
Perea (1): combinó grandes robos de balón con faltas estúpidas fruto de la aceleración y el nerviosismo.
Molinero (0): no jugaba en su puesto y el poco manejo de la zurda le pasó factura al jugar la pelota. Nefasto en defensa, Iraola se convirtió en su peor pesadilla y hasta Etxeberría se marchó de él en cada jugada.
Gabi (1): robó muchos balones pero los perdió al instante al no decelerar el atropellado juego en ataque del equipo. Sigue sin leer los partidos, algo imperdonable en un mediocentro.
Zahínos (1): apareció en defensa pero con el balón en los pies sólo nos mostró el gran pase del gol, probablemente reencarnado en el gran jugador que fue en otra vida. Porque en ésta no pasa de tuercebotas.
Maxi (0): el argentino sirvió un pase de gol a Kezman y se fue de vinos por Bilbao.
Petrov (0): la incompetencia del lateral le hizo defender con acierto, pero como extremo rozó la nulidad más absoluta.
Ibagaza (1): durante el primer tiempo mostró su calidad en dos grandes pases al hueco. Tras la reanudación, nos enseñó todos sus defectos: incapacidad defensiva y fuerza absurda en el golpeo de la pelota.
Kezman (1): disculpo mi generosidad con el serbio a causa del gol anotado. El resto de su juego fueron pérdidas y más pérdidas, pases de parapléjico y un fallo imperdonable en boca de gol.
Falcón (2): difícil papeleta que el chaval solventó con acierto. Dubitativo en los balones aéreos, resolvió con despejes seguros y salió con decisión a los pies de Urzáiz. De haber salvado el inalcanzable remate final estaríamos hablando del primer "4" concedido por este diario.
Mario (s.c.): debut inolvidable que irá integrando al chavalín en el espíritu derrotista de su equipo.

Comentarios:
PUTA MIERDA DE TODO.
PUTA MIERDA DE ETARRAS, PUTA MIERDA DE EQUIPO.
SI EL ÁRBITRO HUBIERA SIDO UNA PERSONA DECENTE HUBIERA PITADO EN EL MINUTO 40!!! HIJO DE LA GRAN PUTA!!!
HASTA LOS HUEVOS DE SIEMPRE LO MISMO!!!
 
Sí, la grandeza del fútbol es que el Atleti hubiera ganado, pero la grandeza del fútbol también es que el Athletic haya marcado. Y si hubiera ganado el Athletic, por supuesto, también hubiera habido grandeza del fútbol, porque, está claro, cualquiera de las tres cosas era improbable.
 
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