viernes, junio 09, 2006

MUNDIAL ALEMANIA 06. Las opciones de España

Nuestra España
Editor Bufón

Llega otro Mundial de glorias y miserias, de estrellas emergentes e ídolos caídos, de lágrimas de euforia o de desconsolada derrota. La mayor competición del planeta nos ha hecho esperar cuatro años para envolvernos otro junio en una atmósfera mágica que nos devuelve a la leyenda y nos aleja del gris partido de cada domingo.
España tiene la fea costumbre de defraudar, de castigar a sus millones de fieles con otro fracaso tras las desbordadas expectativas iniciales. En esta ocasión el equipo parece algo más débil que el de las tres últimas citas y la prensa ha dejado de situarnos por encima de Brasil o Argentina. La ausencia de las estrellas sobre nuestro escudo nos intimida al llegar a los cuartos de final y la angustia medática a veces nos atenaza antes de los octavos mandándonos a casa a las primeras de cambio. A este endémico complejo de inferioridad deportiva se añaden en esta ocasión las dudas sobre la propia identidad nacional, sumida en un mar de incertidumbres y pasto de los nacionalismos periféricos.
La Argentina de los militares olvidó sus males en el maravilloso milagro del 78 y repitió en el 86 de la mano de Maradona. Con los ladrillos del Muro de Berlín aún vacilantes, la todavía República Federal Alemana se llevó el Mundial del 90. La Francia multirracial pareció triunfar con su modelo de convivencia en el 98, para demostrar ahora el lado oscuro de la inmigración mal integrada. La historia reciente de los mundiales nos enseña campeones que triunfan ante la adversidad, siendo paño de lágrimas de un pueblo sin esperanza. Brasil no es excepción, ganador por norma y derecho propio en la auténtica fiesta nacional de un país hipnotizado por un balón.
Este Mundial es nuestro. Necesitamos respirar el aire fresco de las semifinales que sólo unos pocos recuerdan y sentir las palpitaciones nerviosas de la gran final de un Mundial. Queremos el bendito narcótico del fútbol, la anestesia de una victoria inolvidable que una por fin a un país desgarrado en dos mitades. La piel de toro anhela extenderse sobre el tapiz verde de Berlín abrazada a la copa de nuestros sueños para olvidar los males del día a día. En los estertores de la eterna nación española, Alemania será nuestra última conquista.
No volváis sin ella

Comentarios:
Medio país quiere que España sea eliminada para jactarse de que ellos ya lo habían vaticinado y disfrutar de ver trituradas las ilusiones de los demás. Así es la condición humana.
Pero la otra media, desea, con toda su alma, que salgamos campeones del mundo. De darse esto último, todos, primeros y últimos, se apuntarían al carro ganador y por fin habríamos derrotado a nuestro peor enemigo: nosotros mismos.

Sin duda alguna comparto la ilusión del editor de que, como ya ha ocurrido en otros países, la selección nacional vuelva no sólo con la copa, sino con un país renacido en las manos.

Tendrá que ser un Atlético el que lo consiga. Un sabio milenario, de Hortaleza, el que salve a España.
'La rojiblanca' siempre al servicio de 'la roja'
 
Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?