sábado, diciembre 23, 2006

Jornada 16. Barcelona 1 - Atlético 1

Jugando al límite
Bufón. La Secta


Bastó una dentellada de Agüero para que el Atleti arañara un punto en un partido extraño y se comiese el turrón con un puesto en Champions. El Barcelona llevó todo el peso mientras los visitantes confiaban su suerte a la poca pegada de los azulgrana y a un contraataque balbuceante. Al final, un solitario punto que pareció contentar a ambos.

El arranque de los locales fue avasallador, llegando con una superioridad aplastante hasta la frontal de Leo.Ronaldinho estuvo gris y no hizo demasiado daño, pero arrastró a Galletti a incrustrarse en el lateral, especialmente tras la retirada de Seitaridis. Jurado fracasó: blandito al defender y escaso de fuelle al lanzar la contra. Maniche y Luccin se perdieron ante los kilómetros de Deco, mientras que Iniesta entró por donde quiso: por el centro, por la derecha y por la izquierda. Xavi combinó algunos pases extraordinarios con peligrosas pérdidas que no tuvieron mayor trascendencia. Gudjohnsen completó la tarea y remató siempre, aunque igual de mal en todas las ocasiones. Con Etoó en su lugar, la goleada hubiera sido de escándalo.

Los primeros disparos del Barça fueron un tiro de Deco al cuerpo de Leo y un cabezazo de Gudjohnsen que el argentino atajó en una rara parada con el pie (otro gesto característico de su gemelo cartagenero). Mientras, las contras de los rojiblancos eran poco efectivas: con poco jugadores, lentas o demasiado apresuradas, solían finalizar con una pérdida de Torres a muchos metros de Valdés. Sin el balón y corriendo detrás de los centrocampistas rivales, el partido pintaba mal si el Atleti no se adelantaba en el marcador. Y ocurrió lo peor.

Ronaldinho marcó su faltita de cada dos domingos y el partido se puso gris-oscuro-casi-negro. El brasileño superó con muchísima rosca una barrera pobladísima pero poco sólida y el balón se fue alejando de Leo hasta alojarse en el fondo de la portería a poca altura. Aunque se tratase del mejor lanzador del mundo y de un tiro envenenado, el Atleti y Leo comienzan a tener un problema a balón parado.

La única opción posible consistía en mantener este marcador lo máximo posible y buscar el susto postrero en la segunda parte. Este Atleti no está preparado aún para plantar cara a un gran equipo como el Barcelona, ni tan siquiera al contragolpe: es todavía un conjunto menor. Pasa calamidades ante la peor versión del Getafe, así que no debería sorprender a su afición esta imagen de hermano pobre ante el mejor equipo del mundo. Al menos, siempre quedará el resultadismo para el Santo Oficio.

Aunque el Barcelona siguió embistiendo, Gudjonhsen tiró a la basura una asistencia con el hombro de Ronaldinho y el partido se fue adormilando. Siempre al límite, Pablo y Zé Castro se defendieron con mucha brega y jugueteando con el penalty en cada ocasión. Aunque era por alto cuando las carencias defensivas de los colchoneros quedaban más al descubierto.

En la segunda parte, Ezquerro perdonó también un par de ocasiones y Luccin fue agigantándose con el paso de los minutos. Ante el mal partido de Maniche, fue el francés la referencia en el robo y el pase rápido a los puntas. Pero siempre eran demasiados metros a recorrer, Torres estaba muy solitario y Agüero muy estático. Aunque el argentino se desperezó y dio un par de balones interesantes a los compañeros ya cerca del área. El empate hizo justicia a unos pocos minutos de coraje de los madrileños.

Luccin robó en campo propio, se apoyó en un compañero y metió un balón en profundidad a Agüero. El argentino se adelantó a Puyol y Thuram y metió el exterior del pie ante la salida de Valdés. La jugada que llevaban soñando toda la semana llegaba por primera y última vez, rápida y bien resuelta, para dar unas vacaciones tranquilas a la plantilla colchonera.

Hasta el final hubo poco, porque el Barcelona volvió a estirarse pero estaba físicamente muy desgastado, mientras que el Atlético dio por bueno el empate y no volvió a dar sensación de peligro. De nuevo máxima rentabilidad en un campo que se le da muy bien a los atléticos: 2 victorias y un empate en sus tres últimas visitas ante el mejor Barcelona de la historia. ¿Suerte? La suerte también juega al fútbol.

Leo Franco (2): el argentino es muy regular, no falla nunca por alto y exhibe reflejos. Su laguna son las faltas.
Seitaridis (sc): el griego se lesionó muy pronto. Llevaba una amarilla muy rigurosa.
Zé Castro (2): pasó con dignidad una papeleta bastante difícil.
Pablo (2): volvió a mostrarse rápido en el corte y muy hábil dentro del área al echarse al suelo sin derribar al contrario. Por alto sigue siendo un 'tarugo' inútil.
Antonio López (1): subió poco y se incrustó a menudo entre los centrales.
Maniche (0): no estuvo en el partido.
Luccin (3): hizo su trabajo y el de su compañero en el pivote. Cuando empezó a tener metros subió la pelota con una facilidad impresionante.
Galletti (1): incordio y poco más.
Jurado (0): ni dirigió el juego ni supo parar al mediocampo rival.
Torres (1): demasiada responsabilidad en un solo jugador, que estuvo muy vigilado los noventa minutos. Aún así, lo intentó una y otra vez.
Agüero (2): el argentino es un jugador diferente, que participa poco pero tiene unos segundos letales.
Valera (1): flojito en defensa y no subió apenas. Una lástima teniendo a Oleguer como único obstáculo.
Mista (2): su entrada influyó en la mejoría de los atléticos, aunque estuvo lento y torpón en las cercanías del área.
Pernía (sc)


Comentarios:
Jugando al límite te poden derrotar (lesionar)... Gil, presidente-gerente... (el salmón, cd 2, track 2)
 
Sin duda estoy muy de acuerdo con el titular, el Atleti jugó al límite. Supongo que se creyeron que al haber ganado las dos últimas temporadas por arte de magia se volvería a ganar. El Barsa en cambio no se acabó de creer que nos podía ganar y llegaba muy fácil al área, si bien no hicieron grandes ocasiones. Como bien dices la suerte influye. PARA MI, la psicología también.
 
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